Todo el mundo sabe que cuando pasa la fecha de consumo preferente o caducidad de un alimento debemos tener mucho cuidado. Aunque ciertamente el tiempo que puede durar un alimento depende de muchos factores (calidad del envasado, lugar de almacenamiento y proceso de conservación), estas fechas son la garantía de que un alimento se encuentre en buenas condiciones para su consumo.
Pero lo que mucha gente desconoce es que muchas veces las grandes superficies utilizan la fecha de caducidad y la colocación de los alimentos en la tienda, como elementos de promoción del propio producto alimenticio para venderlos a mayor precio. Así, por ejemplo, muchos alimentos como salsas o zumos que han sido tratados mediante el proceso de conservación UHT, se suelen colocar en zonas refrigeradas cuando pueden estar fuera de la nevera hasta el momento de su consumo sin que esto suponga ningún problema.
Nuestra recomendación es no consumir ningún alimento que haya pasado su fecha de caducidad o del que tengamos la sospecha de que se encuentra en mal estado. Por otro lado, debemos saber que respetar las condiciones de conservación que indica el fabricante alarga la vida útil del alimento.
Alimentos con fecha de caducidad
Los fabricantes deben indicar la fecha de caducidad en productos muy perecederos y en los que exista riesgo de que puedan contaminarse por bacterias patógenas, como es el caso de pescados, ya sean frescos o ahumados, y carnes. Son alimentos que duran pocos días y que pasada la fecha de caducidad no deben consumirse ya que puede ser peligroso para la salud.
Son alimentos que para su correcta conservación necesitan frío. En el supermercado debemos meterlos en el carrito al final de la compra, metiéndolos cuanto antes en la parte más fría del frigorífico a temperaturas de entre 0 y 4 grados.
Hay que cocinarlos bien antes de su fecha de caducidad. El calor que se produce al freírlos en aceite o cocerlos en agua es la mejor forma para matar la mayoría de las bacterias.
Si no tenemos intención de consumirlos antes de su fecha de caducidad deberemos congelarlos. Después de descongelados, proceso que es recomendable que se haga dentro de la nevera, hay que consumirlos en uno o dos días.
Alimentos con fecha de consumo preferente
La fecha de consumo preferente que viene a indicarse después de una frase similar a “Consumir preferentemente antes de” y se utiliza para alimentos más duraderos como bollos, aceites, conservas, pastas, galletas, huevos, yogures, zumos, leche, etcétera.
Esto quiere decir que los yogures ya no tienen fecha de caducidad sino fecha de consumo preferente. Lo único que pasa con el paso del tiempo es que se ponen más ácidos pero siguen siendo actos para el consumo.
Por otro lado los huevos pueden comerse en los veintiocho días posteriores a su puesta. En caso de tener dudas sobre si un huevo está fresco o no, lo mejor es cocerlo. Una forma muy sencilla para saber el nivel de frescura de un huevo es:
- Cuanto más se hunda al meterlo en un vaso de agua mejor.
- Cuanto menos se derrame la clara al cascarlo más fresco estará.
Los platos precocinados como canelones, lasañas o pizzas, pueden congelarse si nos vamos acercando a su fecha de consumo preferente y no tenemos intención de consumirlos. No conviene congelarlos si tienen verduras ya que su textura se deteriora mucho al congelarse.
Este tipo de alimentos cambian sus propiedades pasada la fecha de consumo preferente. Puede cambiar su textura, tener un sabor algo ácido o rancio, oler menos o de forma extraña, cambiar de color, etcétera. En cualquier caso su consumo no presenta riesgos para la salud. Lo recomendable es probarlos y, si saben bien, consumirlos.
Alimentos caducados y solidaridad
Actualmente está prohibido vender o donar alimentos que hayan excedido la fecha de consumo preferente o de caducidad. Prohibir que los supermercados vendan productos caducados o bajen los precios de aquellos que están a punto de caducar es algo de sentido común, pero no parece tan normal que se sancione a las ONG que disponen de comedores sociales y bancos de alimentos por aprovechar productos cuya fecha de consumo preferente ha pasado. Si no hay peligro para la salud lo lógico es que no se desperdicie dicha comida.
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