Además de su exquisito sabor que gusta a mayores y pequeños, el jamón serrano o ibérico lleva en su interior todos los beneficios de la dieta mediterránea. Esto es debido a que al no tener grasas saturadas, sus principios son muy similares a los del aceite de oliva, al igual que los beneficios para nuestro cuerpo como parte de una dieta sana y equilibrada.
El jamón ibérico dispone de grasas no saturadas y ácido oleico, lo que hace que su consumo de manera habitual proteja nuestro corazón y sea un alimento efectivo para la eliminación del colesterol; además es bajo en grasas y está compuesto por un 40% de proteínas, lo que hace que sea un sustituto perfecto para un filete de carne, siendo más saludable, con menos calorías, más sabroso y por supuesto, más sano para nuestro cuerpo.