Muchos tienden a asociar el helado con una fuente gigante de calorías, de ahí que tengan miedo de consumirlo con frecuencia para no engordar demasiado, sobre todo de cara al verano, cuando más helado se consume pero también donde necesitamos ponernos el bañador y no asustar a los compañeros de baño.
Sin embargo, el helado es un plato que nos puede aportar muchas cosas buenas. Entre ellas destaca que nos puede fortalecer la masa ósea y ejerce una labor de control sobre la tensión arterial. Al contener un gran porcentaje de leche, su principal ingrediente, permite recibir un interesante aporte de calcio, aproximadamente un 15% de la cantidad diaria recomendada, en función de la ración que tomemos. Además nos aporta vitamina B y proteínas, fundamentales para la práctica de ejercicio físico y el desarrollo adecuado de los más pequeños.
El gran inconveniente de los helados es el de las grasas. Sin embargo al preparar este plato casero podemos evitar el contenido tan alto en grasa que ofrecen los helados que compramos en cualquier comercio. Mientras que un helado comercial tiene en torno a un 20 o 30% de grasas, uno casero podría bajar hasta el 6%, por lo que podríamos consumirlo con toda tranquilidad. De este modo podemos disfrutar de este maravilloso preparado beneficiándonos de su sabor y nutrientes a la vez que evitamos un consumo de grasas que serían peligrosas para nuestra salud.
Si quieres aprender cómo hacer helado en casa y quieres que este sea cremoso y delicioso entonces la siguiente receta te va a encantar. El propuesto es con sabor a vainilla, pero puedes prepararlo con sabor a frutas, como por ejemplo de melón, mora o manzana. Existen tantos ingredientes como imaginación e ingredientes dispongas.
Ingredientes de un helado casero saludable
Para preparar un helado cremoso casero tendrás que disponer de los siguientes ingredientes:
- ½ litro de leche
- 125 gramos de azúcar glas
- 6 yemas de huevo
- 1 vaina de vainilla
- 100 mililitros de nata para montar
Preparación del helado casero bueno para la salud
Primero deberás preparar una crema inglesa, para esto tomamos un recipiente y le ponemos la leche con dos terceras partes de azúcar, a continuación se agrega la vaina de vainilla abierta longitudinalmente y se deja que hierva a fuego medio.
Mientras tanto bate las yemas con el resto del azúcar hasta que estos queden blancos.
Una vez que la leche empiece a hervir, viértela encima de las yemas y mézclala bien con las varillas y una vez más vierte la mezcla en el cazo. Cuece todo durante algunos minutos a fuego lento en tanto que estás removiendo con una cuchara.
Una vez que el preparado anterior espesó y puedas pasar el dedo por la parte posterior de la cuchara y esta quede limpia, ya está listo para retirar la crema del fuego.
Finalmente vierte la crema y pásala a un recipiente grande lleno de cubitos de hielo para acelerar el proceso de enfriado. Termina metiendo la crema en el congelador.
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