La seguridad y la calidad de los alimentos vienen condicionadas por unos factores agronómicos, tecnológicos y comerciales que se encargan de determinar las características finales del producto antes de su puesta en circulación en el mercado.
La apariencia y la coloración, además de representar algo tan importante como la imagen visual de los alimentos, es fundamental para que tenga éxito en su comercialización en el mercado, principalmente en casos como las frutas, además de ser un indicador de su salubridad y buenas calidades. El color nos da mucha más información de la que en un principio puede parecer, ya que el color es un indicador de la composición química de los alimentos.
Por ejemplo, los responsables de la coloración de las naranjas por ejemplo, son sus compuestos de carotinoides que son ricos y tienen propiedades antioxidantes y vitamínicas, al igual que los antocianos en las fresas, uvas y otras frutas, son los que dan la coloración rojiza de éstas, y poseen además cualidades antioxidantes. De la misma forma que sucede con el vino, su color indica las propiedades cardiosaludables que posee.
Productos como el aceite, la miel, los zumos, las carnes y el vino, son los productos en los que más trabajan los investigadores especializados en la coloración de los alimentos y sus propiedades.
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